BADLAND tiene ciertos puntos en común con Limbo, aunque éste último goza de una dosis de colorido muy inferior.
Las mezclas de tonalidades precisamente son el aspecto que más destaca de dicho juego, dando pie a unos contrastes que resultan espectaculares. Más allá de los gráficos su jugabilidad es una de las que más diversión ofrece dentro de la categoría de plataformas. La forma esférica del protagonista da pie a poder realizar acciones y movimientos del todo inverosímiles, desde rodar por huecos aparentemente imposibles hasta volar.
La curiosa criatura de BADLAND cuenta con varios clones que han de ser rescatados por ti, tarea que poco a poco irá complicándose más hasta que el uso de bonus sea prácticamente imprescindible. Los checkpoints evitan las tediosas repeticiones de fases, siendo todas ellas completamente distintas entre sí.
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